"LEVANTANDO UNA NUEVA GENERACION"

Este proyecto se origino en el corazón de Dios en el año 2006, Siendo Parte del Ministerio Juvenes de la iglesia Juan 3:16 A.D.,  como un sueño a alcanzar. Se realizo un evento con el nombre de SIGLO XI “levantando una nueva generación” donde se logro reunir a 200 personas entre  adolescentes y jóvenes, donde cantaron y adoraron el nombre de Dios y escucharon una palabra refrescante, motivadora y evangelistica.

En el 2009 se retomo este sueño Siendo Pastor de Jovenes de la Iglesia Juan 3:16 A.D, con el nombre “levantando una nueva generación”  Donde pudimos  ver la mano de Dios sobre  todo lo que se realizo,  se logro reunir aproximadamente  300  personas entre adolescentes jóvenes.  Dios se derramo de una forma muy especial, se logro poder marcar un precedente en el suroeste de la ciudad de Guayaquil, donde todos los salmistas levantaban su voz declarando tiempo mejores para la ciudad y a través de sus testimonios los asistentes eran confrontados y desafiados a vidas mejores en Cristo Jesús.

En el 2010 “levantando una nueva generación”  fue un evento que marco vidas en cientos de jóvenes que fueron tocas y movidos por el poder de Dios.

El  interés de estos eventos es que juntos como iglesia del Señor,  podamos   formar  altares para  Dios todo poderoso. Con ese desafío y con una organización plena e integral, trabajar para que en la ciudad la vos de miles de adolescentes y  jóvenes sean escuchadas y poseer la tierra que el Diablo tiene subyugado.

ANTECEDENTE SOCIAL

Por muchos años se ha mantenido un gobierno de maldad en  las Ciudades.  Donde sus principales víctimas son los  adolescentes y jóvenes, que por situaciones que el mismo espíritu de maldad lo ha planeado (abandono, maltrato, drogadicción, abusos, relaciones interpersonales etc.), buscan salidas que el mismo Satanás ofrece, Pero su final es de muerte y destrucción.

Viendo todo esto nos hemos preguntado, que estamos  haciendo como cuerpo de Cristo para cambiar aquello. Por momento, hemos cerrados nuestros ojos, y hemos  esperado que esos jóvenes vean nuestras Iglesia como una salida, peleando por sus almas  entre nosotros mismos en vez de darles una salida en Cristo Jesús.

Pero nunca es tarde para levantarnos como cuerpo de Cristo y poder salir a las calles a levantar el nombre de Dios y llevar esa palabra de confianza y de refugio que solo Cristo Jesús lo pueda dar a milis de adolescentes y jóvenes de la Ciudad.

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